viernes, 6 de mayo de 2011

UN LUGAR A DONDE IR


Caspar David Friedrich, Un soñador (Las ruinas de Oybin) (1835)
 
¿Dónde está el amigo
que busco por doquiera?
Cuando apunta el día
mi inquietud también aumenta.
Cuando el día muere
lo busco todavía.
Aunque el corazón me abrasa
yo voy siguiendo sus huellas
en cualquier brote de vida:
el aroma de la flor,
la esbeltez de la espiga;
en el suspiro que lanzo
y en el aire que respiro
está presente su amor,
y oigo cantar su voz
en el viento del estío.

Ingmar Bergman (Fresas Salvajes, 1957).


"Dice: Buscad continuamente su rostro. Yo creo que ni aun cuando lo encontremos dejaremos de buscarlo. No se busca a Dios moviéndonos, sino deseándolo. Y el feliz encuentro no extingue los santos deseos, sino que los prolonga. ¿Acaso la plenitud del gozo adormece la añoranza? Es poner más aceite en la llama. Así es. Desbordará la alegría, pero no se agota el deseo ni la búsqueda. Imagínate, si puedes, esa diligente búsqueda sin indigencia, ese afán sin ansiedad; lo primero lo excluye la presencia y lo segundo la abundancia"
San Bernardo de Claraval

Un lugar a donde ir
"En aquel momento comprendí que lo importante ante la libertad no es tener un barco, sino un lugar a donde ir, un puerto, un sueño, que merezca toda aquella agua que hay que atravesar".
Alessandro D´Avenia.

"Noto mis palabras libres y a la vez con peso. El peso se lo dan los hechos por los que he pasado, aunque ya se han convertido en alas y plumas que la hacen volar, tan ligera como grave. Sólo ahora que tengo peso, sé volar".
Alessandro D´Avenia.

"la realidad exige seriedad para poder ser reconocida, exige ojos abiertos, mente atenta y corazón acogedor para que el Misterio que ella encubre se revele en su verdad profunda".
Einstein

Syme: “No, yo no estoy tan indignado. Yo te agradezco, no sólo el vino y la hospitalidad que me has dado, sino mis hermosas aventuras y radiosos combates. Pero te quisiera conocer. Mi alma y mi corazón se sienten tan dichosos y quietos como este dorado jardín, pero mi razón está llorando: yo quisiera conocer, yo quiero conocer...”
G.K.Chesterton, El hombre que fue Jueves, 1908.

Agradecemos desde aquí a V. Cabañas (Please give me a Parachute!!) el descubrimiento de estas hermosas citas, salvo el poema bergmaniano inicial, que se nos presentó con el visionado de su obra maestra Fresas salvajes, todo un canto a la redención humana.

2 comentarios:

Manuel dijo...

Bellos versos.

Asociación Aletheia dijo...

Efectivamente, muy bellos y llenos de sentido...

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