Kenneth Noland, Abril (1960) |
Traemos aquí unos breves extractos del libro del psicólogo transpersonal Antonio Blay, Ser, en el que pueden hallarse interesantes intuiciones que nos muevan a la reflexión:
«La felicidad, como os decía un día, no es nunca el producto de lo que me viene del exterior, la felicidad es en qué medida yo abro y permito que lo que ya soy se manifieste. La felicidad es el resultado de lo que doy, nunca el resultado de lo que los otros me dan, y esa felicidad es infinita. En el aspecto individual se vive como un foco, pero arriba es un océano y este foco es un foco de ese océano. Entonces esta conversión, esta metanoia, este giro completo, por el cual yo descubro que la fuente de la felicidad, que la felicidad misma, no es nunca el producto de algo, sino que es más bien algo ya original, algo que es la base de todo que ya está totalmente presente, es un descubrimiento que uno tiene que constatar y reafirmar, porque nuestra mente está educada de manera que cree siempre que la felicidad nos es dada desde el exterior. [….]
De manera que el secreto de la felicidad es abrirse a esa dimensión que uno es y ha sido siempre. La felicidad soy yo mismo. No yo tal como funciono habitualmente, sino yo en un sentido auténtico, en un sentido profundo, y eso es extraordinariamente importante porque podríamos decir que nuestra vida funciona mal debido a que estamos siempre buscando la felicidad donde no está. Y eso crea un montón de líos y dependencias: necesito a unas personas y, como las necesito para sentirme querido, quedo atado a lo que aquellas personas me exigen y entonces hay una batalla. No quiero dar pero en cambio quiero recibir, y me meto en cosas que no son realmente lo que estoy buscando.
Mis conflictos interiores siempre vienen porque no me dan lo que yo espero y en cambio me exigen lo que no quiero dar. En general, la problemática de la humanidad está centrada en un problema de carencia afectiva, aunque realmente la problemática no es esa: la problemática es que hay una falta de visión que las personas la viven como una carencia afectiva. Descubrir eso experimentalmente es fundamental porque cambia nuestra actitud hacia las personas y hacia la vida. La vida deja de ser esa búsqueda constante de compensaciones, de satisfacciones, de gratificaciones. Me puedo llenar directamente y así la vida se convierte, no en una búsqueda de felicidad, sino en un medio a través del cual yo doy, expreso la abundancia de mi propia felicidad y expreso esa felicidad de un modo inteligente, de un modo creativo, de un modo activo. Lo que antes era una como una especie de juego dramático, lo que muchas veces se vivía como tragedia, exactamente lo mismo, al vivirlo en otra dirección, desde la plenitud de las formas, entonces se convierte en un juego creativo, recreativo, y es cuando hay el gozo de dar, de crear; doy de mi abundancia, y al dar y crear es como si renovara, en un plano más elemental, el gozo que ya soy en un plano más superior. Éste es el verdadero sentido, de momento, de nuestra existencia».
ANTONIO BLAY, SER. CURSO DE PSICOLOGÍA DE LA AUTORREALIZACIÓN, Índigo, 2006, pp. 315-317.
3 comentarios:
El pájaro no canta porque sea feliz. El pájaro es feliz porque canta.
Gracias.
Hermoso mensaje.
La felicidad es abrir las alas y volar por encima las nubes y descubrir, que eres ese Uno con Todo.
Un abrazo.
Gracias a vosotros. Efectivamente, como decís, se trata de ser plenamente nosotros mismos, si bien ello supone seguramente un largo proceso en el cual aún nos hallamos todos insertos. Abrazos.
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