martes, 22 de marzo de 2011

ALGUNOS PRINCIPIOS DEL AFIRMACIONISMO



1. Negación del relativismo.

    Los valores son universales y relativos: no es lo mismo defender la vida humana que defender el uso de la bicicleta; no es lo mismo potenciar la solidaridad humana que trabajar por aquello que nos aísla o niega lo mejor de nosotros mismos o de los otros. Existe una jerarquía de valores y hay que rescatarla.

2. El auténtico orden es aquél que está constituido por la relación solidaria entre sus partes, lo que significa que ese orden está en consonancia con la naturaleza de esas partes y, por tanto, es conforme a la libertad de las mismas.
    Lo anterior supone la negación de la competencia entre las partes de cualquier conjunto o del todo.

3. Sin libertad (entendida ésta como plenitud de la singularidad de cada uno) no hay relación solidaria, y sin relación solidaria no hay libertad.

    La libertad no es simplemente una capacidad de elección, sino el logro de todo nuestro potencial humano (lo que nos hace, precisamente, singulares, únicos). Algo sólo posible mediante la relación solidaria con los otros.

4. Singularidad frente a gregarismo e igualdad frente a elitismo.

    Se trata de «ser único/a y, a la vez, otro/a más». Todo/as somos igualmente necesarios como seres singulares que somos o aspiramos ser, pero también somos «otro/as más» porque somos de la misma manera necesarios. El elitismo es la ruptura de la solidaridad necesaria en la evolución humana, pues supone la pretensión de un grupo de ser los legítimos herederos de lo mejor de la herencia cultural, genética, espiritual, etc., que no es sino un producto de la vida y de la humanidad entera, desde sus orígenes, para la humanidad entera. El gregarismo es la negación de nuestra legítima y genuina singularidad.

5. Razón y libertad se coimplican. No son antagónicas.

    Si entendemos la razón como conocimiento de los límites entre la necesidad y la libertad (conocer en qué estamos sujetos a necesidad y en que ámbitos somos libres), resulta que la libertad necesita de la razón, y que la razón es al mismo tiempo la preservación de la libertad (pues evita que caigamos en la necesidad).

6. Recuperación de la inocencia activa o auténtica inocencia, frente a la inocencia pasiva que lleva a la culpabilización universal como fuente inagotable de conflictos.

    Porque ser inocente es afirmar activamente a los otros como fines en sí mismos y nunca como medios. Solo este inocente perdona sinceramente las faltas; pues aquellos que se utilizan y utilizan -directa o indirectamente- a los otros, o son pasivos ante dicha utilización, son los más inclinados a universalizar la culpa para justificarse.

7. Entendimiento de la Vida como afirmación de una red solidaria de relaciones en la que la afirmación de cada una implica la afirmación de las otras.

    La Vida, con mayúsculas, es siempre una red solidaria de relaciones en la que cada parte es necesaria para las otras y para el todo, y viceversa.

8. Necesidad de una política y una economía al servicio exclusivo de la Vida tanto humana como natural (entendida la vida como aquí se ha expuesto, como potenciación de la conciencia -de todos tipos- y la singularidad).

    La afirmación de los anteriores principios debe aplicarse también a la política y la economía, facetas esenciales en la vida humana para afirmar las posibilidades universales de desenvolvimiento material y también cultural, fundamentales para su desarrollo en plenitud -y por tanto en libertad-.

9. Unificación de lo secular y lo espiritual en una ética universal.

    Lo secular y lo espiritual no tienen por qué encontrarse disociados. Es posible trabajar en pos de una ética universal que afirme los genuinos valores humanos. Para ello es necesario partir del deber ser de toda ética, que es ser inocente activo, tal y como lo hemos entendido en el punto 6.

10. Potenciación de los valores estéticos.

    La belleza –en el arte, en las relaciones humanas, etcétera- debe ser potenciada en todos sus aspectos, ya que contribuye a nuestra mejora vital y espiritual.

2 comentarios:

ABRAXAS CADIZ dijo...

Coincido con todos los principios expuestos y me parece que pueden sustentar una filosofía de vida con la que lograríamos un ser humano y una humanidad radicalmente distinta y mejor que la actual.

Es bien difícil que estas bases puedan implantarse, por lo que, en mi opinión, necesitaremos para ello un gran trabajo que ha de ser parejo con una enorme paciencia y perseverancia. Aún así, este trabajo lo considero el más noble que puede asumir cualquier persona comprometida con el futuro de la humanidad.
Un fuerte abrazo.

p.s. les solicito permiso para incluir este texto en mi blog. Querría contribuir en mi pequeña medida a su difusión.
Gracias.

Asociación Aletheia dijo...

Muchas gracias, querido amigo, por tu amable comentario. Por supuesto que puedes difundirlo a través de tu blog. Un fuerte abrazo.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...